Hola y Bien-Venido.

Estás entrando a una zona conflictiva... Aquí se dice lo que se piensa...sin pensar mucho en lo que se dice...
Simplemente se trata de reflejar la vida tal y cómo es... lo que me molesta, lo que creo y lo que espero de ella.
Si te gusta..pues me alegro, si no...me eres indiferente...
Ante todo, soy como soy, y que se joda el que no le guste.

sábado, 10 de mayo de 2008

¿Y que hago yo aquí?

Siempre surge la duda, la pregunta irremediable, de donde se encuentra uno.
No creo en el destino ni en un hazar que marque el destino y nuestro camino por la vida. Odio pensar que no voy a poder dirigirme a donde yo sea capaz de llegar. Pero inevitablemente esto me conduce a una cuestión que por siniestra se vuelve más dura aún: ¿debo estar donde debiera?.
No sé si estoy donde me hallo por que quiero, por que estoy bien, porque es donde debo estar, por que otros quieren o simplemente por que sí.
Y el toque siniestro es el resultado de pensar si no haría más feliz a quien me debo estando yo en otro sitio. Y es que a veces se me da por pensar que he disfrutado de lo fácil que otros me han ofrecido a costa de su sufrimiento. Aún cuando no he resultado ninguna carga para ellos, he seguido aprovechándome. Y más que una ayuda soy un teléfono más al que llamar y del cual esperar una llamada.
Y pienso, que no quieriendo serlo, mi interés en mi y mi vida me ha vuelto egoista. Simplemente por haber hecho caso a lo que me decían: "tú ocupate de tu vida y deja la de los demás". Cuan fácil resulta hacer las cosas cuando estas te evitan dolor. Siendo mucho peor el hecho de cargar incluso el propio a los demás.
Por que "quien bien te quiere daño te hará" se vuelve a veces una puta realidad incuestionable. Y es que he hecho mucho daño. Por que muchas veces no me he precupado por quien lo ha necesitado más que nada en el mundo. Y tomé la decisión fácil, dejarlo de lado, y comprometerme lo justo.
He de arrancarme la piel el dia que me toque a mi.

Poco falta ya para los 25 tacos, y como pesa pensar que no fue ayer cuando ocurrió lo que me ronda la cabeza todos los días.
Corta el aliento y te cierra la garganta, y aún así apenas sufrí el daño. Dios, que valor el que lo ha sufrido sólo y contra su pecho.

Porque somos imperfectos encuentra uno una vaga excusa con la que consolarse en momentos de bajeza. Sí, bajeza, que no momentos bajos.
Y sólo recordar una sonrisa hace temblar los cimientos de la tierra, y tiñe de negro cualquier momento futuro, pues el desánimo se encarga de recordarte que a ti también te pasará, y serás tú el elegido. Para qué luchar entonces. Que sentido tiene quemar la alegría de vivir y las fuerzas del momento en un objetivo que no hace si no alejarme de donde vengo para no mostrar en ningún moemnto a donde voy. porque lo cierto es que todo lo que alguna vez tuve, lo busco hoy en los pequeños detalles que me regala lo mismo que me apartó de todo ello.

Sea como fuere todo sigue. Y habrá que seguir arrastrándose en busca del próximo momento que nos haga felices. Cuando lo jodídamente triste es que a través de los ojos de aquel niño, hoy debería ser completamente feliz.
He aquí, donde se comprueba, las miles de vueltas que te puede dar la vida en un corto espacio de tiempo, llegando a enfrentarte a tu propio reflejo en el espejo. Cuando antes no había sombra mía sobre el suelo, hoy parece haber una mancha definida de mi cuerpo.

Y te sigo dando las gracias, porque sigues haciendome las cosas más fáciles.

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