Hola y Bien-Venido.

Estás entrando a una zona conflictiva... Aquí se dice lo que se piensa...sin pensar mucho en lo que se dice...
Simplemente se trata de reflejar la vida tal y cómo es... lo que me molesta, lo que creo y lo que espero de ella.
Si te gusta..pues me alegro, si no...me eres indiferente...
Ante todo, soy como soy, y que se joda el que no le guste.

martes, 24 de marzo de 2009

Gracias

Pocas veces en la vida uno tiene la oportunidad de dar las gracias a tiempo, pero menos aún de darlas tras haberse dado verdadera cuenta de el bien que le han hecho.
Un simple gesto como un abrazo sincero, o unas palabras al oído marcan la diferencia entre un simple gesto de cortesía y un soplo de vida a un alma moribunda.

Lo cierto es que nada de eso cambiará el posible daño que te haga necesitar a esa gente a tu lado, pero al igual que un puesto de avituallamiento en una maratón te ayuda a seguir hasta los 41 kilómetros, esa proximidad de una persona que comparte contigo su sinceridad y su tiempo no te alivia el dolor del camino, pero te ofrece una refrescante sensación de que pase lo que pase tendrás un pivote sobre el que centrar tu giro a fin de no volverte excéntrico, o loco.

Por eso quiero dar gracias, aunque aún no haya dado cuenta de todo el bien que he recibido. Así, cuando me de cuenta del mismo, sabré agradecerlo y posiblemente devolverlo en su momento.

La vida da una serie de vueltas que de llevarlas a una telenovela o película se tacharía al guión de exagerado. Pero si nos paramos a pensar, a todos nos da una serie de giros ante los cuales difícilmente podemos estar preparados. Y del alcance de nuestra reacción dependerá cómo podamos afrontar ese giro, y en qué medida necesitaremos a nuestros comodines para que nos empujen hasta que nuestro motor arranque.

La lluvia y la tormenta, los truenos y el viento, han de limpiar el cielo para que el nuevo sol brille en el firmamento.

Si bien es necesario pasar por una mala época para valorar lo que se tuvo y estar preparado para lo nuevo, el período de tormenta puede dejar marcado a más de uno. Personalmente estuve una buena temporada de tormenta hace unos años, y quien la provocó fue la misma persona que la despejó. Pero ello no hizo si no enviciar la relación durante un tiempo, provocando recelos y desconfianza, si bien nunca expresa, sí interior.

Hablando con un amigo llegué a la conclusión de que, generalizando, con todo lo malo y vicioso que ello conlleva, la pareja es como un juguete: cuando no lo tienes la vida es un coñazo y un aburrimiento, pero que cuando lo tienes desearías aburrirte.

Nadie en su sano juicio desea estar sólo de por vida, o casi nadie. Pero como en toda guerra perdida, te acabas cuestionando si los neutrales son al final los más inteligentes. Y es más, al final parecen los más inteligentes. No se complican la vida, dedican sus segundos de vida a su auto-realización, no discuten ni guerrean por sus preferencias o dominios.
Pero una cosa es cierta, nunca se acuestan o despiertan al calor de aquella persona, virtualmente ángel y virtualmente demonio, que sin saber por qué mueve su corazón y empuja su cuerpo hacia ella.

Si la progresión de una relación se decidiera en una partida de poker, frente a frente, sería la partida más estratégica de la historia: llena de faroles, señas y artimañas. Y todo encaminado a comprobar si el contrincante está hecho del material necesario para ser pareja: carne, huesos y mucho corazón.

Gracias a todos.

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